Curso de Field Target

Autor: Carlos M. “Charly”

 


 

 

 

 

ANEXO C: APENDIENDO A DISPARAR (1ª parte).

 

C.1. Las listas de chequeo.

 

lista de chequeo   Existen ciertos hábitos que es preciso desarrollar hasta tal extremo que estén siempre presentes durante los pasos previos de la ejecución de una tarea. Un ejemplo de este tipo de hábitos sería la revisión que debe de realizar un paracaidista antes de subir al avión y antes de realizar el salto. Del mismo modo existen comprobaciones que es imprescindible realizar en relación con nuestro equipo de tirador y con el momento previo a la ejecución de un disparo. Esta cadena de revisiones debe ser interiorizada y repasada durante las sesiones de entrenamiento, e incorporadas durante las competiciones.

Los siguientes puntos desarrollan listas de chequeo a modo de ejemplo de este tipo de “rituales beneficiosos” que deberían interiorizar todos los tiradores. Son listas perfectamente válidas, aunque después de las sesiones de entrenamiento cada cual debe confeccionar sus propias listas de chequeo. Al principio es conveniente llevarlas escritas y repasarlas siempre antes de los entrenamientos, hasta que se transforme en un hábito que podamos realizar mentalmente con precisión y rapidez.

Un sistema para memorizar bien estas listas puede consistir en diseñarlas mediante un orden significativo, es decir, disponer los elementos de la lista con arreglo a un criterio que facilite su memorización, bien alfabéticamente, bien estableciendo los elementos de la lista por grupos de acciones, bien ordenándolos de forma que las letras iniciales de las tareas formen una palabra o una frase fácil de recordar, elaborando una regla nemotécnica.

 

Lista de chequeo para el disparo (comienza de forma previa).

 

    • Me sitúo en la calle y adopto la posición de tiro, relajado, sin tensiones.
    • Localizo los blancos de forma inequívoca, incluso me ayudo de la cuerda.
    • Apunto y estimo la distancia.
    • Corrijo la torreta de alza para esa distancia.
    • Compruebo que la lectura del paralaje y de la altura coinciden.
    • Cargo el arma.
    • Realizo los últimos ajustes de posición con los ojos cerrados.
    • Respiración pausada / profunda.
    • Pienso positivamente en mi actuación.
    • Parpadeo.
    • Brazos, hombros y cuello relajados.
    • Observo los indicadores de viento.
    • Cantonera apoyada en el hombro.
    • Inspiro, vacío lentamente la mayoría de mis pulmones, muy despacio, hasta que desaparece la tensión muscular, estoy separando bien el dedo del pistolete o del guardamontes.
    • El dedo índice se apoya con suavidad y confianza en el disparador (presión inicial).
    • La parada mejora... tengo la cruceta dentro de los límites que quiero, sigo presionando.
    • Disparo (seguimiento).
    • Última imagen (seguimiento).
    • He sentido la vibración del arma (o el retroceso) y mantengo (o recupero) mi posición inicial (seguimiento).
    • Veo el impacto (seguimiento).
    • He notado si el disparo se ha realizado con exceso de presión del índice o he producido un movimiento lateral en el arma (seguimiento).
    • Pienso en el resultado.
    • Inspiro profundamente…
    • Aprendo del resultado y libero la mente para volver a empezar…

 

Lista de chequeo para la revisión del equipo en posición de tiro.

 

    • ¿Balines del mismo número y lote?
    • ¿Balines limpios, sin aplastamientos y utilizables?
    • ¿Ánima limpia?
    • ¿Algo toca el cañón?
    • ¿El visor correctamente sujeto?
    • ¿Las lentes están limpias y claras?
    • ¿Algo obstruye la vista?
    • ¿Tengo un apoyo adecuado?
    • ¿Está la cruceta inclinada en esta posición? (Compruebo el nivel de burbuja).
    • ¿Están enfocado el blanco y la cruceta se ve nítida?
    • ¿Distancia estimada correctamente?
    • ¿Está correctamente compensada la caída del balín? (Compruebo la torreta de altura).
    • ¿Se ha estimado el viento correctamente? ¿Compensado en deriva? (No toco la torreta de deriva, compenso apuntando hacia el lado de donde viene el viento).
    • ¿Se han apuntado todos los datos en la libreta?
    • ¿La posición es adecuada y cómoda?
    • ¿El hombro está libre de molestias?
    • ¿Atento y alerta?

 

Lista de chequeo para la realización de cada disparo.

 

La siguiente lista (o una similar) debería ser comprobada para cada disparo realizado durante las prácticas. Por medio de la repetición, las acciones indicadas en la lista se convertirán en hábitos que serás capaz de aplicar aun en situaciones de estrés, cuando estés en competición y por lo tanto conseguirás un buen disparo a pesar de las presiones de la situación.

Algunos de los puntos están formulados como preguntas de control y otros como auto-instrucciones imperativas.

    • ¿Posición correcta?
    • ¿Culata bien apoyada?
    • ¿Arma encarada?
    • ¿Empuñamiento correcto?
    • ¿Mano relajada?
    • ¡Respira!
    • ¿Imagen nítida?
    • ¿Torreta ajustada a la distancia?
    • ¿Cruceta alineada con el blanco?
    • ¡Localiza y siente el primer tiempo del disparador!
    • ¡Respira!
    • ¡Fuego!
    • ¿Se mantiene la cruceta alineada con el blanco?
    • ¡Estimación del impacto!
    • ¡Reflexión sobre este disparo!

 

De nuevo hay que recalcar que las listas aquí reseñadas son a modo de ejemplo, y que cada uno debe confeccionar las suyas propias.

 

C.2. Algunos apuntes de entrenamiento para el tiro.

 

   Prueba a coger una libreta y un lápiz. Haz 10 tiros sobre una diana, por ejemplo a 15 m de distancia y a 1 m de altura, apunta sólo aquellas impresiones sobre los disparos que “crees” que has fallado (Ej.- ¡Tengo que dar en el centro!, ¿qué le digo luego a Loli?, he de darme prisa, etc… Te acercas a la diana y comparas el resultado con tus notas. Importante, olvídate de los disparos certeros. Si sigues haciendo impactos fuera del 10, es que algo falla en tu entrenamiento.

Te pongo un ejemplo: Si entrenas pesas sin recapacitar en vez de músculo desarrollas ¡Tendinitis! Ejercitar la fuerza es fácil, los burros tienen mucha ¡y la controlan! Si sigues disparando sin recapacitar sobre aquello que haces mal, lo que entrenas es ese error.

En mi caso cambié la posición de tiro, varié el apoyo del codo izquierdo (soy diestro) sobre la rodilla y del derecho sobre el muslo, además procuré borrar de mi mente la idea de acertar en centro del blanco.

Entrenando tan solo el tiro, sin entrenar otros factores, haces que desarrolles ¡cayo en el dedo índice! Es mejor hacerlo en compañía y fijarte en el porqué de los aciertos y fallos ajenos.

El cuerpo es un conjunto y como tal funciona. Cabeza-tronco-extremidades, no actúan si no los rige un cerebro, quien se hace cargo de las funciones voluntarias e involuntarias (el cerebro es cuerpo físico), pero se supone que en él se forma un complejo abstracto, la mente, la cual se forma por factores educativos, del propio físico y ambientales; asimilado por los sentidos y creando su propio sistema en la elaboración de conclusiones.

La condiciones físicas, es decir las articulares y masa muscular, influyen lo mínimo en este deporte. Una tonicidad muscular y una relativa libertad articular serían en principio más que suficientes para poder alcanzar un 100% de aciertos.

Otra cosa es la resistencia neuro-muscular y la transmisión del estímulo al músculo desde el cerebro o la médula. La regla general es que las competiciones se las lleva el más resistente. Si hay varios competidores de nivel técnico similar, el que más aguanta. Ya sea boxeo, pértiga, carrera, tiro, esgrima o ajedrez.

En el caso del tiro esta resistencia, neuro-muscular, depende del metabolismo celular y del entrenamiento del buen hábito. Para convertir ciertos actos en automáticos y además poder resistir la permanencia en estado de tensión o de alerta sin que ello suponga desgaste ni merma en el acto del disparo.

Otro factor de enorme importancia es la actitud mental. La mente la sobrecargamos con las acciones más simples, dispersando mucha de nuestra energía en desarrollos mentales que no conducen a nada. El tirador notará como a medida que vaya logrando el silencio mental irá simplificando hasta los ejercicios más complejos, los cuales resultarán “naturalmente” bien.

El hábito consiste en convertir complejos programas técnicos en un acto reflejo, cuyo impulso emerja de la médula en vez del cerebro, logrando así una rapidez y seguridad impensable.

Cualquier entrenamiento cardiovascular de 30 minutos diarios mejora mucho nuestro metabolismo, asegurando así el trabajo celular óptimo. Cualquier juego de pantalla de “tiro sorpresivo” mejora nuestros reflejos, haciendo que la buena calidad de los trasmisores nerviosos (acetilcolina) se especialice en el trabajo de repuesta rápida y seamos capaces de soportar tensiones emocionales prolongadas sin síntoma de agotamiento.

Otra cosa es el “vaciado” mental. Imagina que tu mente es una habitación vacía con una puerta a cada lado y una silla en el centro, donde permaneces sentado. Indistintamente por una u otra puerta pasan pensamientos, los cuales entran por una puerta, atraviesan la habitación y salen por la otra, pero cuando cruzan delante de ti intentan establecer conversación. Tú debes mirarlos, reconocerlos e ignorarlos, permitiendo que sigan su camino sin involucrarte.

 

Mejorando la ejecución del disparo.

 

¿Cuántas veces hemos sostenido el arma perfectamente y no hemos podido sacar el disparo? Creo que muchas. Sostener el arma quieta con la cruceta sobre el blanco literalmente “muerta” es un factor fundamental para un acierto, pero más importante aún es la correcta ejecución para sumar la mayor cantidad de blancos posibles durante la competición.

 

Importante: durante el disparo tendremos tres tipos de trabajos neuro-musculares:

    1. Estático - isométrico para sostén y mantenimiento de la posición con el arma.
    2. Dinámico - preciso para los movimientos altamente controlados de apuntar el arma hacia objetivo.
    3. Ejecución motora fina del disparador, tan solo comprometiendo el traslado del impulso nervioso al dedo índice.

Estos pasos se dan en todas las disciplinas de tiro según sus variantes y como tirador debes realizar trabajos de entrenamientos neuro-musculares adecuados a esta modalidad.

 

En las disciplinas olímpicas de precisión se aplican formas de mejorar la ejecución del disparo. Por ejemplo, un dibujo de la alineación perfecta de las miras sobre el blanco a la vista del tirador durante el entrenamiento es de gran ayuda.

El cerebro fijará la imagen perfecta de modo tal que la reconocerá rápidamente durante la fase de puntería, esto hará que la decisión voluntaria de disparar bien (quiero lograr un blanco) independice la orden neuromotora de ejecución, aplicándose así tan solo a los nervios y músculos imprescindibles para el disparo.

De esta manera irás aprendiendo la mejor forma de ejecución en el momento indicado. Irás tomando confianza y aumentando la precisión paulatinamente pero de forma sostenida. Si la ejecución es correcta obtendrás tu blanco.

Puedes también disparar en seco. Este ejercicio es fantástico pero lamentablemente se utiliza muy poco. Haz todos los procesos de entrenamiento real, pero sin introducir el balín y analiza, mirando a través del visor y mediante las sensaciones que percibes, cuán bien ejecutas el disparo. Diez minutos de entrenamiento en seco son una  práctica excelente, pues te permite entrenar la resistencia neuro-muscular y la actitud mental.

 

Aplicación en el campo de tiro.

 

Cuando hayas logrado un vacío mental suficiente (lo reconocerás cuando llegue), deja que tu mente sienta tu cuerpo, fija la vista (sin pensar en ello) en el blanco, automáticamente coge el arma y sigue el proceso de tiro sin mentalizar otra cosa que sentir tu cuerpo-mente-arma y deja que se escape el tiro en su momento.

 

Entrenamiento de meditación: Colócate en la posición de disparo habitual (sin arma, al principio), respira con el abdomen 2 minutos, mentalizando el cuerpo relajado, apaga la mente (descrito) 2 min., permanece respirando algo más deprisa 1 min.

La posición de tiro que adoptes debe ser autónoma, es decir en equilibrio estable y sin que exista ningún músculo en tensión para su mantenimiento, en posición recoge el arma y permanece en relax unos instantes, deshaciendo las tensiones según las vayas percibiendo. Cara relajada (ojos y entrecejo), sienes; hombros caídos y si tensión; codo derecho bien apoyado. Si disparas sentado, asegúrate al principio que tu postura sea estable (que pudieras leer un libro durante un rato), luego te preocupas del arma y vuelves a asegurar la estabilidad.

 

Cuidadín si tiras de pie (a mí me ha sucedido). Al inspirar, nuestra fisiología hace que se enderece la columna vertebral y nuestras costillas hagan dos movimientos, por delante suben y por el costado suben y basculan hacia arriba (asa de cubo), produciendo el efecto contrario al espirar (no se te ocurra espirar). Por eso es preciso que cargues un 80% de tu peso en la pierna retrasada, porque aseguras un equilibrio estable y un bloqueo parcial de la parrilla costal.

 

Bases de entrenamiento cardiovascular.

 

sistema cardiovascularNo es lo mismo preparar una prueba de resistencia física, en la que el tiempo de aguante debe ser exclusivamente un soporte para la actividad de la fibra muscular, que una preparación en la que los beneficiarios del entreno no es tanto la optimización de la nutrición y limpieza de la célula, como la buena calidad de los componentes y su regeneración de forma lenta (subaeróbica).

Cualquier actividad cardiovascular nos va a preparar la fibra muscular de forma suficiente para el tiro. La rutina de entrenamiento la realizaría tomando como base un ritmo no rápido, y duración media, sin interrupción (30 minutos), y con cambios suaves de ritmo y carga. La actividad una vez variada debe mantenerse al menos 5 minutos.

Por ejemplo: Comienzo con ritmo suave de calentamiento 5’ y carga al 2, subo de ritmo en un 50% del inicial a misma carga y 5’, mantengo el ritmo y carga al 4 (tiempo variable), bajo la carga al 2 y aumento el ritmo, subo la carga al 6 (máximo) 30 segundos, voy bajando ritmo y carga enfriando hasta completar tiempo. El equivalente sobre el terreno, es el de una carrera mantenida suave en terreno siempre llano, efectuado skiping (saltos con elevación alternada de rodillas), sentadillas, spring y carrera a zancadas.

 

Recuerda que la mejora de la respuesta nerviosa y la seguridad ante el estímulo se logran a través de la mejora de las trasmisiones neuromusculares y estableciendo nuevas sinapsis (puntos de relación entre componentes nerviosos y musculares, y sus componentes químicos).

 

Bases de habituación al ejercicio.

 

Cuando nos encontramos con un colega, automáticamente extendemos la mano y nos damos un apretón mutuo. ¿Sabéis la cantidad de factores que influyen en ese gesto?, tonicidad de los músculos, elevación del antebrazo a la altura de la mano contraria, estiramiento del brazo hasta cubrir la distancia que nos separa. Para el apretón, además de los músculos flexores de la mano, influye el cerebro consciente y nuestra emotividad hacia el contrario. Gracias al cielo lo hemos convertido en un gesto espontáneo, en el que dejamos que influya a veces la imagen que queremos proyectar. Y eso mismo es lo que se debe pretender de ciertos movimientos inmediatamente previos al disparo, la estática en bipedestación o sedestación, incluso en prono, la forma de coger y encarar el arma, el acto de apuntar, la respiración, actitud mental... deben ser actos que se lleven a cabo de forma automática tanto física como mentalmente, tan solo con unos pequeños ajustes tácticos (regular la óptica o centrar el ojo sobre el visor).

puerto de carga de la carabinaCuando llegue tu turno de disparo, debes entrar en un estudiado trance del que salgas pasados unos segundos después del último disparo.

Colocar la carabina para cargarla y armarla, coger y colocar el balín terminado la carga y volver a encarar, deben ser actos casi reflejos.

 

Te preguntarás: ¿Cómo entrenar el hábito?

 

Es sencillo, mantén cada uno de esos actos “estáticos” durante un tiempo, respira y vacía la mente, a continuación siente la unidad de cuerpo, pensamiento y arma. Cuando hayas logrado una identificación con ese acto, repítelo unas cuantas veces, sin que exista cansancio ni sensación de hartazgo, ni por supuesto tensión muscular.

Si encuentras dificultad por ejemplo para apuntar con el arma, intenta mantener la posición sin arma, apuntando con el dedo, sigue repitiendo y si hay cansancio deja pasar un rato. Debes ser capaz de mantener el dedo firme, luego ve haciendo pruebas con el arma.

 

Una dificultad añadida es el mantenimiento de las posturas de tiro, no soy especialista en estiramientos, pero os recomiendo un libro de Editorial Integral “Estirándose”. La inseguridad en posiciones estáticas indica una falta de movilidad articular y una excesiva tensión muscular. Ten en cuenta el dicho de Protágoras “Convertid el argumento más débil en el más fuerte”.

 

Bases para desestructurar la mente.

 

Seguimos con el mismo colega de antes, pero no hace falta que te cuente toda su historia, sabes quién es, dónde vive, su trabajo, historia familiar, carácter, etc. Cuando le ves, desde antes que se acerque todo tu ser se prepara para entablar relación con ese colega. Si se os suma otro te haces una idea correspondiente al recién llegado y al mismo tiempo surge un colega nuevo, el trío formado por ti más otros dos. No hace falta pensar, lo tienes ya elaborado y a cada cual le das lo suyo, sin necesidad de pensar nuevamente, porque tu mente ha etiquetado todo y forma respuestas automáticas según los conceptos que previamente has formado.

Es por lo que la mente respecto del tiro se mueve con unos presupuestos influenciados por tu educación, el ambiente, lo que tu mismo piensas del asunto y lo que realmente haces por lograr los resultados. Resulta que si disparas y tienes errores, tienes que cambiar algo. Veamos como ejemplo a una persona que siendo muy religiosa, se encontrase incapacitada para ser compasiva con un semejante y siendo consciente de su falta intentase ir más a oficios religiosos, o tapar el tema pensando en otras cosas o echando culpas a otro. En cualquier actividad que realicemos somos el protagonista y ya se sabe, el “prota” es el héroe y además el bueno. ¡Lo dice nuestra mamá!

 

La mente se entrena como cualquier músculo y tan solo 5 minutos de práctica diaria logran unos resultados espectaculares.

 

Es positivo actuar según los objetivos propios de nuestra actividad, en el momento en el que unimos mente y cuerpo, justo en ese momento surge la intuición, la cual se dirige hacia nuestros objetivos, aunque estos no sean pensados ni elaborados de forma consciente.

Por ejemplo: Te encuentras de pie en una tirada FT, comentando con el compañero de escuadra cualquier cosa, bebiendo agua o un refresco. Es tu turno y entonces, respiras de forma profunda y abdominal, tranquilamente, mientras vas vaciando tu mente, según  desaparecen los pensamientos se sustituyen por la idea “voy a tumbar la rata”, no solo lo visualizas, sino que debes efectuar una sinergia de todas tus facultades para lograr los objetivos, vacías y preparas tu ser para “tumbar la rata”, sigues respirando con tranquilidad y ¡Tumbas la rata!

Cuando ves una película que hace llorar, lloras; cuando la película es de acción te tensas e incluso mueves los brazos. Si piensas de forma involuntaria en cosas, el cuerpo de forma imperceptible actúa accionando músculos, órganos internos, corazón, soltando elementos químicos. ¡Detén el flujo del pensamiento conscientemente! ¡Se el dueño de tu mente!

 

Bases para una respiración adecuada.

 

Respiración diafragmáticaQuizás sea el punto más importante de cuantos se pueda tratar. Sin comer aguantas unos 40 días, sin beber tan solo 4 días, sin respirar tras 4 minutos sobreviene la muerte cerebral.

Si establecemos una comparación y hacemos una (falsa) regla de tres, si respiras al 100% vives el 100%, si respiran menos…

En el capítulo 20 está explicada con profundidad la respiración, pero no está de más exponer alguna técnica para llegar a ese punto en el que se convierte en algo natural.

La respiración debe efectuarse de forma sencilla, nunca de forma forzada y para ello debemos comenzar por acostumbrarnos a respirar principalmente con el abdomen, el pecho se infla por sí solo, así que no le prestes demasiada atención. Procuraremos respirar dando un paseo y vamos a ir acompasando nuestra frecuencia respiratoria a nuestro paso y nuestro paso a nuestra frecuencia respiratoria. Llega un momento en que se hace esto de forma automática, convirtiendo el paseo en un placer y en una actividad vital. A partir de este momento puedes influir en la respiración a voluntad, si enlenteces el paso, la respiración se hace más pausada  y si aceleras mueves el fuelle más deprisa, así hasta que das con tu paso y unificas paso respiración y mente.

Debes acostumbrarte a liberar la mente durante la ejecución de cualquier ejercicio, el aprovechamiento será así máximo. Simplemente piensa en el ejercicio que vas a realizar. Por ejemplo, dejas al compañero anterior y vaciando tu mente la centras en el acto de normalizar y acompasar la respiración (respiración lenta), te acercas al arma, la recoges junto con el cojín de tiro, te acercas a tu sitio, inspiras en profundidad, soltando el aire sin prisas te sientas y acomodas hasta que tu equilibrio y postura sean perfectos, también inspirando y espirando mientras efectúas el movimiento.

 

Importante, inspira mientras cargas el balín y espira mientras cierras la recámara, inspira mientras armas el arma y espiras según terminas de armarla, inspira y encaras posicionando cuerpo y arma, en calma, relajado, hombros caídos, mirada natural, sin forzar, inspiras apuntando, enlenteces al máximo la respiración hasta casi detenerla, y llegado el momento notas como surge el tiro, sin moverte finalizas la respiración. No mires el resultado, ¡Has tumbado la rata!

 

Vivir el momento.

 

Un conocido dicho Zen dice que “Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río”, refiriéndose al hecho que como no estés atento al momento, este pasa de largo sin que tengas posibilidad de vivirlo.

Aplicado al tiro, esto se podría traducir como, si te colocas no pienses ni vivas otra cosa, atiende a tu colocación, al encare, al armado, a la carga, etc. Es muy posible que si haces esto aciertes, vive el momento del acierto después de haber disparado pero no durante el proceso del disparo.

Hace frío o calor o estás cansado y harto, no es problema de la mente, concéntrate en lo que haces, que el cuerpo reaccione por sí mismo. Los homínidos llevan sobre la tierra cerca de ocho millones de años y solo desde hace muy poco ¡tenemos médicos!

 

C.3. Aportes de la psicología al tiro deportivo.

 

   “Una vez que has aprendido las bases del tiro, aproximadamente un 90% del tiempo de entrenamiento debería ser mental”, dice Bob Hicky en su libro Mental Training.

 

El tiro es un deporte eminentemente técnico y sin embargo, una vez aprendidas las técnicas elementales para practicarlo, la excelencia se verá altamente afectada por procesos mentales. La forma de mantener la mano y la posición del dedo índice son los factores básicos para el logro de un proceso bien desarrollado y los eslabones decisivos para ello se encuentran precisamente en el cerebro, en forma de una cadena bien coordinada de puntos nerviosos y centros de control que deberán reaccionar conjuntamente.

En el proceso de realizar un disparo, el elemento más sensible es justamente la flexión del dedo índice en el apriete del disparador, la cual puede fallar si existe un exceso de excitación o si se pierde el momento adecuado para realizar el disparo. Apuntar al blanco es un proceso de concentración durante el cual adquieres una imagen visual, de la cual extraes la información acerca del momento exacto en el que deberás efectuar el disparo. En ocasiones pueden producirse errores de naturaleza mental, ya sea cuando el dedo no logra activar el disparo aun cuando el tirador posee una imagen perfecta de la retícula con respecto al blanco o simplemente cuando activas el disparo mientras observas una imagen falsa. Es muy frecuente escuchar a los tiradores expresar que “sabían que el disparo resultaría malo, por haber perdido el momento”.

En este sentido resulta muy interesante aprender a discernir, mediante el entrenamiento adecuado, cuándo resulta válido completar la acción una vez iniciada, y cuándo es más conveniente interrumpir la secuencia motora en aras de asegurar la calidad del disparo.

Un método bastante efectivo que se ha estado utilizando en otras modalidades de tiro, es pedir al tirador que realice una serie determinada de disparos de valor máximo, y comenzar de nuevo si no se obtiene el objetivo. La tarea se cumple solo cuando se logran completar los disparos de forma consecutiva, sin importar el tiempo que esto conlleve. Esto obliga a “pensar” en todas las posibilidades técnicas que permitan el aseguramiento de la calidad óptima del disparo, estableciendo por consiguiente las conexiones motoras condicionadas que funcionan posteriormente en situación de estrés competitivo.

En ocasiones el Sistema Nervioso, encargado de regular el proceso en su conjunto, no reacciona del modo deseado frente a la imagen óptica. Por tanto, un elemento importante que desarrolla el tirador de elite es la capacidad de lograr una alta coordinación en la que deben converger percepción y acción para poder traducirse en resultados excelentes.

 

tiempo y precisiónOtro aspecto que caracteriza un elevado rendimiento en el tirador es el mantenimiento del ritmo en el disparo, es decir, la secuencia de acciones individuales, su precisión y el tiempo ideal para completar el proceso de disparo en disparo. Este ritmo debe ser constante y regulado para garantizar resultados óptimos. En este sentido son palabras claves la precisión y el desarrollo del sentido del tiempo como percepción especializada.

Ya sea que te encuentres sobreexcitado o incluso fatigado (ten en cuenta que habrá recorridos que podrán superar las 3 horas de competición), es importante que logres mantener tu ritmo durante el proceso. Algunos tiradores se caracterizan por ser muy rápidos y otros muy lentos, en las situaciones críticas de competición se acentúan estas diferencias, aunque el fenómeno más frecuente es una tendencia a la precaución y la tardanza. Si bien tirar rápido no garantiza automáticamente tirar bien, un buen disparo no necesita mucho tiempo, con la única salvedad de que quien inmediatamente después de un disparo malo carga y repite, con frecuencia se enfrenta a un nuevo fracaso. Debes aprender a reconocer cuándo es el momento de parar y pensar o visualizar la técnica adecuada para eliminar los errores cometidos, lo cual contribuirá a elevar la confianza en ti mismo. Pero cuando todo va saliendo bien, hay que seguir con determinación y velocidad, las cuales coexistiendo en armonía van de la mano de puntuaciones relevantes.

Tanto el excesivo nerviosismo como los síntomas de fatiga psíquica o física tienen un impacto directo en la respiración y por tanto en el ritmo del disparo y su consecuencia inmediata. Debes conseguir mantener un ritmo respiratorio adecuado, constante y exacto, esta vía te devolverá al estado de normalidad.

Por tanto, las líneas de trabajo psicológico encaminadas al autocontrol emocional son que aprendas a conocerte y controlar tus emociones en condiciones competitivas, en las cuales, los automandatos y los ejercicios específicos de relajación mediante la utilización del ritmo respiratorio, son elementos que contribuyen de manera decisiva en la estabilización del ritmo del disparo.

 

Otro elemento a tener en cuenta es el papel que desempeña la concentración de la atención en tus resultados como tirador. Cuando una acción determinada, como puede ser el accionar el disparador queda fuera de control, ésta debe pasar a ser el centro de  atención y ejecutarse con especial concentración, sin embargo, tan pronto como la acción funcione adecuadamente, deberás integrarla al proceso en su conjunto y la atención pasará a ser menos específica, más abarcadora.

Por ello debes entrenar la preparación para el disparo, de modo que puedas lograr las conexiones psicomotoras necesarias para resolver las dificultades con brevedad. Si la concentración óptima falla, es necesario que hagas una pausa y te prepares para comenzar de nuevo. La visualización o representación ideo-motora de todo el proceso es ideal para elevar la precisión al acelerar el dominio de las estructuras motoras que entran en juego en su conjunto, predisponiendo al sistema nervioso a traducir las imágenes visuales en reflejos específicos. Solo cuando se reconoce como un todo integrado es cuando se logra apuntar adecuadamente.

Necesitarás estar mentalmente alerta y concentrado, capaz de atender lo importante y desechar lo que no lo es, estés o no bajo presión. Tener control de la atención es una de las habilidades mentales que se aprenden y caracterizan a los competidores con fortaleza mental. El control de la atención es una de las claves más importantes del rendimiento deportivo. La capacidad para concentrar la atención en los estímulos apropiados del entorno es un factor decisivo en  competición. En el tiro, la atención concentrada es la base del éxito, esto se conoce como focalización.

Sin una buena atención es difícil percibir y procesar adecuadamente la información, pensar de forma productiva, reaccionar a tiempo a los cambios de las situaciones y controlar continuamente la actividad.

La habilidad para estar concentrado se puede adquirir con la experiencia, pero algunas personas parecen tener una aptitud especial para ello. Mantienen su atención sobre aquellos aspectos de su entorno y de sí mismos verdaderamente importantes.

En los ejercicios complementarios al entrenamiento deportivo, aprenderás a visualizar y encontrar las soluciones específicas a las distintas dificultades que pueden presentarse durante la competición, que pueden ser de carácter interno, como puede mencionarse una elevada sobreexcitación ante el compromiso competitivo, así como inherentes a la utilización de los elementos técnicos de cada modalidad, por ejemplo, la agrupación dispersa de los disparos, lo que precisa soluciones específicas en el equipamiento de tiro (carabina-balín-visor).

Finalmente reconocer que la voluntad de vencer se traduce en la voluntad de prepararte adecuadamente para vencer. El éxito del tirador depende en gran medida de su autoconfianza, de creer en sus propias habilidades y en su capacidad para “arreglar” lo que ha salido mal. Los momentos de autorreproche solo conducen a la sobreexcitación y la alteración del ritmo de trabajo. Se impone durante la preparación previa a una competición crear imágenes positivas de la propia ejecución, sentir o visualizar en los momentos de mayor tensión sólo aquellas ideas que se refieren a tu meta inmediata: el disparo centrado en el blanco, porque te quedarás en ese momento, A SOLAS CONTIGO MISMO.

 

C.4. Los aspectos psicológicos: La presión de la competición.

 

   Casi todos los que han estado disparando durante algún tiempo y no viven completamente incomunicados en una isla desierta, oyeron alguna vez la frase: “no pienses en tu puntuación mientras estás compitiendo”. Claro, seguro... A menos que estés muerto cerebralmente por supuesto que pensarás en tu puntuación.

Lo más importante en la frase “no pienses en tu puntuación mientras estés disparando…” es bastante acertado. Realmente, la idea completa es que para adquirir grandes habilidades,  DEBES pensar en cada paso de la ejecución de la acción, y hacerlo durante todo el tiempo.

Pero para lograr un GRAN RESULTADO, ¡uno no debe “pensar” en absoluto!”. Esto significa que debes ser extremadamente analítico y perceptivo en el esfuerzo de aprender, de perfeccionar tus habilidades como tirador, para lograr una buena técnica. Pero cuando realmente la estás llevando a cabo, debes dejar que la combinación mente/cuerpo operen a nivel subconsciente y hacer de esta forma lo que entrenaste, sin la interferencia de la mente consciente. Y todo el esfuerzo y el foco deben hallarse en la ejecución del acto de efectuar un disparo o una serie de ellos en perfecta conformidad con el modelo que creaste a partir de tus conocimientos y ensayos; no en los resultados que obtendrás.

Perfecto. Entonces tú haces esto, o al menos lo intentas. ¿Qué es lo primero que te preguntan tus compañeros de tiro cuando acabas?

Te preguntan acaso “¿Cuántas veces ejecutaste correctamente tu técnica?” Seguramente no, seguramente te preguntarán “¿qué puntuación obtuviste?” y todavía no conozco ninguna competición donde los trofeos se otorguen en base a un porcentaje de ejecuciones perfectas, tampoco publican los nombres de los tiradores y la cantidad de ejecuciones en la hoja de resultados de la competición. No señor, se publican las puntuaciones. De manera que tienes que acostumbrarte a esto. Olvida la tontería de “no pienses en la puntuación” pero debes tomar consciencia con qué habilidad estás haciendo las cosas y tu relación con el logro de un buen resultado (lo cual, por supuesto, equivale a puntuaciones altas).

También debes reconocer que todos, en cualquier nivel en el que estén, experimentan un aumento de su “excitación” (en vez de decir: temor, ansiedad, nerviosismo, pavor, etc.) cuando están en una competición seria.

Lo que tienen muchos competidores de alto nivel es la confianza en que el trabajo que hicieron al aprender su técnica como tiradores los conducirá por el camino correcto a pesar de (o aún quizá debido a...) esta “excitación” fuera de lo normal. Y, debido a que el exceso de adrenalina que seca tu boca y te hace transpirar las manos también aumenta tu agudeza visual, tu sentido del tacto y tu velocidad de reacción, probablemente logres tener un mejor resultado en la línea de tiro.

Si tienes un plan, por ejemplo: “voy a ejecutar todos los pasos correctamente tanto como me sea posible” y sabiendo qué es lo que realmente significa, ¡te pondrá por delante del 90% de los competidores antes de disparar el primer tiro!

El AUTOCONTROL es una disciplina que se debe desarrollar a la vez que la técnica o física.

El autocontrol hace de un tirador el GANADOR.

El primer paso es luchar contra la presión identificando sus causas, a partir de ahí puedes aplicar soluciones concretas para disminuir la tensión y elevar tu concentración.

 

Identificar la presión. 

 

neuronas

Estudia tu situación anímica mediante registros para poder analizar la reacción en entrenamientos normales y en competición.

Identifica cuantitativamente en cuánto se reduce tu capacidad de hacer un buen disparo cuando estás bajo presión.

Identifica la variación de la capacidad de concentración, y si la atención se disipa y en qué clase de pensamientos (pánico, crecimiento ante el reto, pasión, descoordinación).

 

Causas de la presión:

 

    • Aceptación de un reto.
    • Producción de adrenalina en mayor ó menor medida según tipos.
    • Miedo al fracaso.
    • Perdida de aprobación del grupo social.
    • Incomodidad o novedades (cambio de condiciones climatológicas repentinas, molestias de otro tirador...)
    • Miedo a fallar en una competición concreta.
    • Culpabilidades varias.
    • Toda la presión está en la mente del tirador.

 

Estrategias para convivir con la tensión:

 

    • Participa en competiciones mentalmente preparado (Previa visualización).
    • Compite con ánimo de ganar en todas las que estén en tu plan de entrenamiento. Te habituarás a su presencia. Menos en una, que será dedicada a recrearte, podrás comprobar cómo cada competición necesitas un nivel determinado de tensión, notarás la perdida de intención de ganar al bajar el nivel de presión.
    • No mires tus blancos antes de disparar, el efecto psicológico de ver “cara a cara” el elemento a batir hace que surjan intenciones intensas de combatir = lucha = reacciones psicosomáticas. Espera hasta disparar el primer tiro.
    • Haz un disparo en seco, si está permitido. No te permitas tiempo muerto.
    • Mantén tu pensamiento alejado de puntuaciones, si no te es posible porque no dominas esa técnica, entretenlo en algo que no te preocupe... (el próximo disparo o el diseño de una nueva arma...)
    • Piensa sólo en ejecutar un disparo perfecto.
    • No dejes tiempos muertos entre disparos, desarrolla un plan para ejecutar el siguiente.
    • Dispara sin “EGO”, olvidándote de ti mismo, ni TÚ ni tu personalidad influye en el balín ni en su vuelo. Busca referencias positivas durante la ejecución de cada disparo, y aliméntate de la sensación de relax mental y físico.
    • Construye un entorno positivo con tus recuerdos personales/deportivos y con los mejores disparos que estás efectuando, aprovecha cualquier signo que te haga sentirse bien.
    • Reduce los movimientos inútiles, reduce tu movilidad, déjate llevar.
    • Técnicas de visualización. Desarrollo de procesos que le lleven rápido a puntos elevados de confianza en todo el proceso de la competición, antes de comenzar, durante la colocación prueba, primer disparo de competición, ultimo disparo de competición.
    • Dispara con honestidad y acepta los resultados “técnicamente”, no te culpabilices ni te premies con excusas.
    • Aprende a disparar inconscientemente. No desarrolles una técnica llena de detalles y referencias que te obliguen a pensar y analizar todo el proceso del disparo. Hazlo como un autómata, reacciona ante un reflejo VER Y TIRAR.
    • Lleva un diario de cada competición donde anotes todo lo que sea útil e interesante para desarrollar nuevas estrategias específicas para una competición. Trabaja tus análisis con tus mejores disparos.
    • No quieras ser más preciso de lo que normalmente eres, permite los pequeños movimientos de tu retícula.
    • Ten un plan para un “desastre” (viento, lluvia, malestar físico inesperado, rotura del arma...).
    • Practica sin miedo el tiro rápido.

 

 

 

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