Curso de Field Target

Autor: Carlos M. “Charly”

 


 

 

 

ANEXO C: APENDIENDO A DISPARAR (2ª parte).

 

C.6. "La sensación".

 

   Llegar a un estado mental positivo mediante todas estas cosas fundamentales que hemos visto en el entrenamiento mental, un buen amigo las ha bautizado como “la sensación” y la forma de llegar a esa concentración y autoevaluación, como “el camino”.

 

La búsqueda de la “sensación” es un viaje, no puedo profundizar en su explicación de ninguna otra forma que utilizando kas palabras de mi amigo Josean como propias.

  

Un año antes:

 

   “Hoy quiero ganar”, “quiero ser reconocido como el mejor de pistón”, “he hablado tanto por ahí que muchos se piensan que lo sé todo y sólo me limito a contar lo que sé, que es bien poco”.

 

Llevaba entrenando hacía algo de tiempo con la HW97K, la experiencia del Mundial, y la liga disparando con la EV2, me habían dado algo de experiencia con el viento. Soy un poco torpe, y cabezota y necesito interiorizar las cosas por mí mismo en muchas ocasiones y me cuesta darme cuenta de los errores. A parte, voy viendo que en el mundo de la competición quienes van por delante tienden a callarse esas cosillas que hacen derribar blancos imposibles, o algunas fáciles como uno de 40mm a 45 metros, que se convierten en muros psicológicos porque ya llevas 99% de aciertos y ese es el último, o quizás sea el primero.

 

Open Universal 2009. (Una lección muy positiva): TOM, TOM, TOM, TOM….en la propia línea de cero me estoy peleando continuamente con la retícula para dejarla quieta, para colmo hay viento que no controlo y no soy capaz de subjetivar si las agrupaciones son malas por éste o por mí… o como no, porque algo falla en el arma… (Siempre tendemos a culpar al exterior). Estoy cardiaco….TOM, TOM, TOM…empiezan los primeros disparos, y con ellos también los primeros fallos. Mi compañero de escuadra trata de tranquilizarme, me ve tenso, NO estoy disfrutando, quiero ganar…pero la jodida cruz no se para quieta, por más que la miro y trato de sujetar de una forma u otra el arma, ésta se mueve como una mariposa borracha.

 

…. y sí, gané, pero ¿qué gané?....NO DISFRUTAR, estar tenso, irascible con mi chica, descortés con algún compañero…y un bonito trofeo que ya ni sé dónde está tras la mudanza.

 

Días más tarde analicé un poco todo el proceso…no tenía nada que ver con la primera vez que participé en “La ibérica” (diciembre’06) con la Fénix…joder, cómo disfruté en aquella tortuosa competición, o lo que disfruté en el Mundial08, o en la Liga de FT ese mismo año en la primera de la liga de Euskadi, participando y ganando con la EV2 en Éibar midiendo mi nivel de novato con Toñin, Perdigón, Osalvanes y Tesla.

 

¿Por qué a pesar de “ganar”, me sentía que lo había hecho tan mal? ¿Por qué no había disfrutado? ¿Qué diferencia había habido con las otras competiciones?...

 

En mi cerebro, esa cosa gris con forma de nuez que es la que realmente “reina” en una competición de tiro, había gobernado la “Universal” alimentado por mensajes que desprendían “vanidad, prejuicios, ansiedad…”. Me dije que eso no podía ser, que yo no practico esta afición para “ganar” sino para disfrutar en el camino.

Así pues, meses más tarde me mentalicé que tenía que empezar a poner en marcha estrategias que hicieran que mi “cerebro” fuera alimentado por lo que sí me hace disfrutar y realmente valoro en esta afición.

Casi sin entrenar y acudiendo de una a otra competición como único entrenamiento serio (Final Lupina09, Okondo09, Barrika09) fui mandando un mensaje a mi cabeza el mismo día de éstas, pues como digo otras obligaciones no permitían dedicar tiempo al entrenamiento. Ese mensaje era...”recuerda la sensación de la Ibérica, de la tirada de “Eibar09” del “Mundial”.

¿En qué consistía esa sensación?….ni más ni menos que en disfrutar de cada blanco, del reto que suponen, de la sensación de honda tranquilidad que se siente cuando las respiraciones diafragmáticas gobiernan el ritmo vital, de esa sensación en la que desaparecen los ruidos y en la que el “espacio-tiempo” se acortan. Es la sensación en la que tu cuerpo reconoce la postura de los entrenamientos, sentir ese “puntillo” muscular en la que te notas parte integrante no sólo del arma, sino hasta del propio entorno y no hay blanco que se resista a ser disparado con esa “sensación”. Así pues, una vez adquirida la técnica, mejorable claro, y los conocimientos, evidentemente siempre se puede aprender más, es el aspecto psicológico lo que debemos controlar. Como veis parece un poco complejo.

 

Eibar09: Por primera vez en mi vida iba a competir con la EV2, corrigiendo con clics. Me hacía ilusión probarla en competición, y más todavía teniendo las referencias de lo que harían por delante de mí Perdigón, Osalvanes, Toñin y Tesla….así que estaba tranquilo, iba a disfrutarlo sin ningún tipo de aspiración a nada. Los blancos fueron cayendo uno detrás de otro, y fui entrando en una burbuja psicológica, en la que la respiración diafragmática reinaba casi de forma autónoma, y los sentidos captaban todos detalles de qué podría afectar en el disparo. La primera vuelta fue casi perfecta, y al enterarme que iba en primer puesto….ahí la “ansiedad” de ganar hizo que me olvidara de mover los clic en el primer blanco lejano, así como no darme cuenta de algún otro detalle, pero aun y todo conseguí mantenerme dentro de la burbuja…y como efecto colateral gané.

 

Okondo09: Sol de frente, achicharrador, sin entrenar como Dios manda y con falta de conocimientos sobre los efectos en el Nikko de qué es tirar de sol a “bosque “, ya empecé un par de días o tres antes, a lanzarme los mensajes ”el domingo toca disfrutar”, “la sensación es más importante que abatir el blanco”… Para mi sorpresa, en una brutal competición no apta para todos los públicos, quedé a un blanco de Toñín.

 

Barrika09… Era la final de la liga, Toñín y yo empatados a puntos. Igualmente con la falta de entrenamientos de ese año… Estaba en juego la txapela de la liga, y como es obvio ¿quién no quiere llevársela a casa? Yo soy el primer goloso. Igualmente traté de acordarme varios días antes de la sensación de “La Ibérica”, de la de “Eibar09”, de “Okondo09”, pero según empezó la competición la ambición “querer ganar” me pudo al principio y cometí dos errores impresionantes con unos gatillazos “del 15”. Así pues con un tirador como Toñín de compañero de escuadra, viéndole no fallar ni un solo blanco, di ya por perdida la Liga de FT09. Fue ahí, cuando los pensamientos positivos sobre “la sensación”, volvieron a ser los únicos reinantes en mi “cebolla”…ya que no gano, por lo menos disfruto. Sin darme cuenta empecé a disparar a x50 tal como me ocurrió en Eibar09. Siempre disparo en x35, pues me parece excesivo lo que aparentemente se mueve la cruz con tanto aumento. Toñín cometió el primer fallo por un exceso de corrección de viento, y luego otro por un gatillazo….ya estábamos empatados. Continué enganchado a esa sensación de concentración, de disfrute, de olvidarse de la cruz…¡¡¡HE DICHO OLVIDARSE DE LA CRUZ!!! ...pues sí, ahí fue el día en el que me di cuenta que había disparos en los que me daba igual cómo se movían esas líneas negras que nos traen por la calle de la amargura y el placer. Me quedaban dos blancos y sabía que los dos íbamos a jugarnos la txapela del 2009 a muerte súbita. Pero no…mi gran compañero de escuadra cometió un error psicológico en su penúltimo blanco.

Empezamos a filosofar sobre la teoría del tiro de competición desde el aspecto psicológico. Amadeo, el cual tiene decenas de competiciones de tiro de bosque con arco, contó cómo había una corriente filosófica que venía a decir que algunos tiradores de arco olímpicos se les estaba enseñando a competir sin centrarse en dejar inmóvil el punto de mira sobre el amarillo de la diana, sino que se centraban en enseñarles a disparar con las “sensaciones” del tiro perfecto…al estilo arquero Zen, y que ésta filosofía también era aplicable en el FT. De hecho, Amadeo es uno de esos tiradores de pistón que no tiene técnica ni conocimientos como muchos otros, pero que nos da un buen repaso cada vez que compite en HFT. Así que me grabé su consejo en la nuez que tengo bajo el pelo.

 

Año 2010. Open de Portugal… Como ya he contado la TX200 me llegó una semana atrás… ¿quién quiere ganar una competición después de 850 kilómetros? ¡Todos!, y si encima es en un país vecino, en el que la última vez te fuiste con el “orgullo” un poco tocado por un bajo rendimiento….pues con más motivo todavía. Pero…ehhhhhhh…quieta cabecita mía, ¿en qué carajo estás pensando? Ni lo sueñes….a mí no me jodes disfrutar de esa tirada por “las ganas de ganar”… yo quiero disfrutar…quiero encontrar “la sensación” a la TX200. Me decía: “Ya la he cargado casi medio kilo en la culata y le he cortado un trozo porque me cuesta un poco pillarle el puntillo, pero creo que puedo disfrutar con ella… “. Así pues, durante esa semana, cada vez que salía el tema de ir a Portugal a competir, sustituía conscientemente la palabra ir a “competir” por “pillarle el puntillo o la sensación” a la TX200. Además y por historias personales que no vienen a cuento, esa semana la vida se había vuelto bastante más frágil a mi alrededor, las emociones personales estaban a flor de piel, y cada pequeño detalle lo percibía con mayor intensidad. Detalles que hacen valorar más la vida, y que muchas veces olvidamos como si fuéramos a vivir eternamente. Por lo tanto, buscar la “sensación” a la TX se convirtió en el objetivo principal del viaje, y exprimir la experiencia sería la recompensa.

Saliendo a colación el aspecto psicológico, lo importante que decía era “la sensación”, y olvidarse de centrarse en “parar” la cruz. …Una vez obtenida la tecnología y la técnica... la psicología es la herramienta a dominar.

En la competición me ocurrió lo mismo, sin querer estuve disparando a x50, y os aseguro que con cuanta mayor concentración buscaba la sensación, más percibía cosas del entorno que sabía podrían influir y cómo corregirlas, así mismo menos importancia le daba al movimiento inevitable de la retícula.

Sí, quedé primero en la clasificación, pero lo que verdaderamente consideré como “ganar”, fue haber subido un peldaño más como tirador, e incluso como persona, pues esta “sensación”, como dije…al igual que nuestros problemas personales afectan a la ejecución de un disparo, y aunque parezca mentira, la búsqueda de la ejecución de un disparo perfecto con la técnica de “la sensación”, también afecta y de forma positiva a nuestra vida personal. En mi caso, volví de Portugal con la templanza suficiente para afrontar varias movidas familiares con la suficiente confianza y tranquilidad como para hacer lo correcto y asumir que lo que no está en mi mano de controlar no puedo sentirme culpable por ello.

Así que sí…quedé en primer lugar, pero “ganar” lo hice en la experiencia vital… el trofeo quedó en casa de Elvis… para su recuerdo.

 

En la actualidad estoy con ganas continuas de ir al campo de tiro… “la sensación” me tiene enganchado, es como un colocón en el que desaparecen los problemas, los dolores y te fundes con el monte, el arma, el viento… “es un flipe” para un “flipao” como yo. Ahora disfruto más cuando entreno, pues la voy buscando deliberadamente. No siempre se consigue, pero de eso soy consciente, es parte del juego. Además tengo que depurar la técnica de “de pie”, y aprender más cosas sobre el viento, por lo que “la sensación” funcionará siempre pero hay que complementarla con el dominio de la técnica y el arma y visor adecuados.

 

TOM, TOM, TOm, TOm, Tom, Tom, tom, tom, tom…

 

Pasos a dar para conseguirlo:

    1. Todo se ha de ver desde un punto de vista positivo, hasta los errores.
    2. El equipo… Si no tienes un arma y un visor que te inspiren confianza y garantía de que no fallan, la inseguridad que te generará frustrará en muchas ocasiones que te mantengas en “la sensación”.
    3. La técnica… Hay muchas, ten en cuenta que la mejor técnica es “la tuya”, pero aprende de los demás, pues te pueden enriquecer “tu técnica”.
    4. La teoría… Estate atento a lo que cuentan los tiradores que compiten, los que sólo disparan por hobby y no acuden a competiciones sólo podrán trasmitirte una parte muy pequeña sobre el conocimiento del tiro. El viento, los cambios de luz, la presión ambiental, los trucos para que no te pille el toro en plena competición, como la lluvia, el frío, el calor…. Lee, aprende, escucha, toma notas si hace falta…y DEVUELVE LA MONEDA cuando hayas aprendido algo, enseñando a los que vienen por detrás.
    5. Técnicas de respiración… La respiración diafragmática…te aconsejo que pruebes una temporada a ir a clases de yoga, aunque sólo estén viejecitas, te darás cuenta que tienes el cuerpo más oxidado que ellas y que jamás has respirado como Dios manda.
    6. Alimentación… Equilibrio, esa es la palabra clave.
    7. Técnicas de control mental. En las clases de yoga aprenderás muchas… todas juntas no valen de nada, pon en práctica una o dos… eso es lo que vale…La teoría, que ahora te empapes con docenas de webs, no vale para nada…elige una o dos, todas son buenas, y….PONLAS EN PRÁCTICA a diario, durante sólo 5 minutos. De nada te servirá ponerlas en práctica el día de la competición si no las dominas, es como querer nadar en plena tormenta al estilo mariposa si ni siquiera sabes hacerlo en la piscina. Estas técnicas sobre todo sirven para que los efectos negativos del estrés sean amortiguados… ¿Qué es mejor luchar contra una ola que viene de frente o sumergirte un metro y dejar que pase por encima? Evidentemente lo segundo.
    8. La Sensación… Ya tenemos el equipo. Ya tenemos cierta técnica y ciertos conocimientos. Hemos ido unos meses a clases de yoga. Y mientras tanto hemos estado entrenando buscando esa postura cómoda, esa sensación especial que notamos los días en los que los aciertos se suman uno detrás de otro...

 

El proceso de disparar con la “sensación”:

   Estamos de pie, observamos a nuestro alrededor las cuerdas, las hojas, los árboles, la intensidad del viento en la cara, y lo “computerizamos” en la calculadora subjetiva de nuestra experiencia….sabemos que el viento está entre 2 y 3 km/h, viene de izquierda, casi a 90º.

Observamos la orografía…hay dos blancos, uno en la parte superior de la loma, al descubierto del viento, deducimos que el viento le afecta…en cambio, otro situado a la misma distancia está en un pasillo entre arbustos y montículos de tierra de un metro que lo protegen del viento…deduces que debes disparar al centro.

Mientras observas, estás respirando diafragmáticamente, te sientas a que termine tu compañero, sigues respirando conscientemente, lo haces para bajar pulsaciones conscientemente y que tu musculatura se “readapte” a la postura de sentado.

Es tu turno. Acomodas el cojín de tiro, te sientas, vuelves a observar…a sentir en tu cara a mirar las referencias del viento…el dedo índice se apoya siempre fuera del disparador, enfocas, corriges el enfoque y los clic, coges el balín, compruebas que no esté deformada su falda, cargas, sigues respirando diafragmática mente. Introduces el dedo en el disparador. Chequeas un segundo o dos mentalmente el estado de tu cuerpo, como sientes la postura, como sientes el viento en la cara, manos, hojas. Llevas la cruz al sitio que te interesa, y a partir de ahí, tras una inspiración un poquito más amplia que la anterior, dejas que parte del aire salga, sin forzarlo, suspendes la respiración y notas como el corazón late más lento… te fijas en el KZ, o en el punto al que estás apuntando… te centras en él, no en la cruz, la cruz es una referencia, no es lo importante.

Casi sin pensar introduces el dedo en el disparador, sientes su tacto y comienzas a apretar como lo haces siempre…Sientes la sensación general de tu cuerpo, del enfoque, de que estás cómodo…el dedo irá aumentando la presión en el disparador de forma autónoma…deja que actúe sólo. El disparo saldrá en unos segundos, seguramente en menos de 10 desde que interrumpiste la respiración. Mentalmente incluso “oirás” como el blanco va a caer….el disparo se producirá bien porque tú has hecho el recorrido de forma controlada y consciente o bien por que salió “solo”. Tal vez puedas ver el balín volando hacia el blanco y cómo impacta. El blanco caerá, pero tú te mantienes todavía apuntándole, así dices a tu cuerpo y a tu cerebro que lo importante es esa sensación de control, el blanco derribado es un efecto colateral, y que caiga es lo menos importante, lo importante es SENTIR que se ha hecho bien todo lo demás.

Sueltas el aire, inspiras y dejas de apuntar, para volver a repetir el disparo con el siguiente blanco.

Así una y otra vez… Te darás cuenta que según avanza la competición o el entrenamiento, estás mucho más relajado, atento y seguro de ti mismo, además eres consciente de que tu objetivo principal es mantener “la sensación” en cada disparo y que el efecto secundario dará un resultado que será mejor o peor que otros en cuanto a número de blancos derribados, pero siempre estarás ganando, tanto como tirador, pues tras cada competición estarás un peldaño más arriba que la anterior, como a nivel personal, pues disfrutarás de cada instante en el campo de tiro y fuera de él, sabes que la vida no dura mucho más que un lance contra un animal de Field Target, y que hay que estrujar cada instante. 

 

 

 

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