Aumentar de potencia la Crosman 2260

Autor: Autor: Miguel Ángel Bejarano “Killo”

  Saludos amigos. Hoy he tenido una día de lo más entretenido y provechoso. Se trata de “prácticas tuneras” sobre mi Crosman 2260. Os anticipo unas fotillos y luego os explico.

Como veis, el breech y el cerrojo proceden de Jim Crookedbarn. Además de la robustez del metal frente al plástico, el nuevo breech instalado aporta la sujeción del cañón mediante cuatro tornillos prisioneros, guías labradas para colocar el visor y la posibilidad de colocar el cerrojo para tiradores zurdos. Pero además de lo que se ve, hay que reseñar que la junta tórica del cerrojo cierra directamente sobre el cañón y no sobre el propio breech como ocurre con el de plástico, lo que revoca en beneficio al asegurar la expansión positiva del CO2 (¡expansión positiva!, ojú que técnico me estoy poniendo; supongo que la expansión negativa es la que se pierde por las juntas y uniones sin beneficio para el empuje del balín).

  Seguimos. Quien más quien menos interesado en las Crosman habrá visto u oído que es posible colocar un tornillo para regular la presión sobre el muelle que empuja el martillo. Pero para colocar este tornillo es necesario sustituir la pieza que hace de tapón del muelle por otra más larga y de diferente construcción. O la buscamos y la compramos (www.trobb.f9.co.uk), o diseñamos una para que nos la fabrique un tornero, o hacemos un apaño para aprovechar la posibilidad de modificar el muelle o su regulación. Yo me he servido del último recurso.

  Colocar un muelle más largo no se puede pues el original, una vez comprimido (con el arma acerrojada), queda ocupando la totalidad del hueco formado por la cavidad del martillo y la cavidad del tapón donde se encuentra alojado y con todas las espiras en contacto entre sí, por lo que no cabría ni una espira más. Ahora bien, un muelle igual de largo pero más grueso (en diámetro) sí es posible, pero para ello debemos agrandar el hueco del martillo y del tapón. Agrandar el hueco del tapón no es difícil pues el material es hierro, pero el martillo dará más problema al ser de acero. Tras quemar una broca de titanio en el intento, le pedí ayuda a mi cuñado que es cerrajero (especialista en cajas fuertes) y me prestó una broca de no me acuerdo exactamente qué aleación, pero me aseguró que se come las cajas fuertes como si fueran de plástico. Cierto, porque el acero del martillo se lo comió como si fuera mantequilla. En fin, seguimos...

  En mi caso he usado un muelle sólo algo mayor. El original es de 7mm de diámetro con un paso entre espiras de 2’25mm y un diámetro de alambre de 0’9mm. El muelle adaptado es de 9mm de diámetro, 3’25mm de paso y 1’1mm de diámetro de alambre. A todas luces, más fuerte. La longitud del muelle adaptado es una espira menor pues, al tener mayor diámetro de alambre, hacía tope entre las espiras y no conseguía acerrojar.

  Apreciación subjetiva: para acerrojar el arma es necesario casi el doble de fuerza que originalmente (un muelle más fuerte aún seguro que resulta demasiado incómodo) y se aprecia mayor contundencia cuando el martillo es liberado. Los impactos suenan bastante más fuerte, y las pruebas de penetración muestran mayor rendimiento.

  Apreciación objetiva: el arma en su estado original entrega 33 disparos aprovechables casi al 100%, más otros seis o siete donde la presión cae vertiginosamente y se vacía la botella de CO2. Con el muelle nuevo el arma entrega 20 disparos aprovechables al 100% más otros diez donde la presión va descendiendo, más paulatinamente que en el caso anterior, hasta vaciarse la botella por completo en el disparo que hace el número 30 (o 31 ó 29, ya sabemos las cosas del CO2).

  La precisión no se ha visto alterada para nada, pues a 18 metros (no he podido probar en más longitud) metes diez balines dentro del “10” de una diana de Gamo. Lamento no tener cronógrafo para medir más correctamente, pero así os dejo con el gusanillo para que probéis vosotros.